1. Entrelaza tus manos hasta la raiz de los dedos, dejando un espacio del tamaño de una toronja entre las palmas. Coloca los codos al ancho de los hombros en el tapete sin olvidar que los codos deben estar nivelados a la misma altura del tapete.
2. Coloca la coronilla de la cabeza al centro de los antebrazos cuidando que la parte superior de la nuca repose sobre las almohadillas de los dedos. 3. Sube la cadera con las piernas extendidas y camina con los pies lo más cercano posible de la cara para verticalizar la espalda antes de subir. 4. Flexiona las piernas llevando los talones cerca de los glúteos. 5. Extiende las piernas hacia el techo y mantén la atención en la elevación de los hombros hacia la cintura y de los omóplatos en dirección del techo. Los laterales de los antebrazos clavados en el piso. Lleva la parte externa de los muslos hacia la parte interna para compactar las piernas y eleva desde las ingles internas a las rodillas internas y a los tobillos internos, para aligerar el peso de las piernas. * Para bajar refuerza el trabajo de los antebrazos y de los hombros pasa por cada etapa de esta secuencia al revés.
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